Potencia:
La potencia es uno de los aspectos más importantes a considerar. Las licuadoras de mano con mayor potencia pueden manejar ingredientes más duros y realizar tareas más rápidamente. Para usos básicos como hacer purés o batidos, una potencia de 200 a 400 vatios puede ser suficiente. Sin embargo, para tareas más intensas como triturar hielo o hacer mantequilla de frutos secos, es recomendable optar por una potencia de al menos 600 vatios.